Gibrán Ramírez Reyes afirmó que la marca Morena significa pocas cosas, carece de identidad y solo depende del liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo que deben reformarse de cara a las elecciones intermedias de 2021 para mantener la mayoría en el Congreso de la Unión y aumentar el número de gubernaturas y municipios administrados.
En entrevista con MILENIO, el aspirante a la dirigencia nacional del partido en el gobierno, reconoció que los actuales líderes no hablan con las bases, no recorren las calles y solo sirven a los grupos internos en la disputas de cuotas y cargos.
Si bien indicó que Morena tiene dos bancadas legislativas fuertes bien coordinadas por Ricardo Monreal en el Senado y Mario Delgado en la Cámara de Diputados, que han avalado las reformas requeridas por el gobierno federal.
Por el contrario, el grupo de gobernadores de su partido tienen claroscuros, toda vez que, en algunos casos, no dialogan con el Ejecutivo ni defienden sus políticas públicas. Ramírez Reyes propuso filtros más estrictos para la selección de candidatos para las próximas elecciones para evitar respaldar criminales o delincuentes.
P: ¿Por qué levanta la mano para dirigir Morena?
R: Veo un faltante de identidad y estructura en el partido, durante mucho tiempo, desde que nos fundamos como asociación civil, antes de la elección de 2012, dependemos del liderazgo de López Obrador y la organización fue siempre de cara una elección presidencial: primero 2012, después 2018 y el punto clave de unión de todos era López Obrador y su programa.
Pero ya estamos aquí, ganamos, hay 100 puntos que se presentaron en el Zócalo cuando López Obrador asumió, que no tengo duda se van a cumplir en su mayoría, pero ahora hace falta pensar en el futuro eso está claro, pero hay misiones en las que ya no llevaremos a López Obrador en la boleta y ya no puede ser ese punto de unión, por eso, cada quien está jalando para su lado.
Tenemos que recuperar a López Obrador como punto de unión, es decir, asumir que somos un partido que apoya al Presidente y a su agenda, no ponernos creativos como (Alfonso) Ramírez Cuéllar a suscribir propuestas del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), como contraer deuda, repartirla entre las empresas, todas las cosas que suscribió: poner freno a la austeridad, que parece que no coinciden con el programa histórico que tenemos como movimiento.
Morena hoy dice pocas cosas: una importantísima es que dice López Obrador y dice: “primero los pobres” y tenemos un diagnóstico federal, una visión de país, pero no tenemos diagnósticos regionales y locales, no sabemos cómo tiene que ser un gobierno municipal de la Cuarta Transformación y que se distinga no importante si estamos en Tijuana o en Quintana Roo.
Creo que hace falta al frente alguien que no dependa de ninguna de las corrientes; si gana una corriente se van a perpetuar los vicios de ese sistema y todo mundo va a querer ser la corriente hegemónica, en Morena están prohibidas las corrientes, tenemos que hablar más con esa base lopezobradorista de 30 millones de personas que apoyan al Presidente de la república y dirimir las diferencias con otra lógica.
Nota tomada de Milenio