Discurso de Gibrán Ramírez Reyes, Secretario General de la CISS, por motivo de los 100 días de gestión.
10 de abril de 2019
Nuestros orígenes.
Rindo este informe para reencontrar a la CISS con la sociedad mexicana, que la ha albergado desde los años sesenta y que la ha sostenido y patrocinado en más de la mitad de sus ingresos. Lo rindo, asimismo, para dar cuenta al IMSS, líder de la institución, del uso correcto de sus cuotas y para agradecer la confianza que su director, Germán Martínez Cázares, depositó en mí al proponerme al Comité Permanente como Secretario General de esta institución.
Son días importantes para recordar a los nuestros. Desde este espacio, casa de todo el continente, recordamos a Jorge Eliécer Gaitán, asesinado ayer hace 71 años en Bogotá, y a Emiliano Zapata, asesinado hoy hace un siglo. Se trata de auténticos héroes abocados a luchar por el bienestar del pueblo. Hoy podemos decir que Zapata vive, y que la lucha sigue.
Cuando en 1942 se realizó la Primera Conferencia Interamericana de Seguridad Social era muy clara la necesidad de la época: en medio del sufrimiento producto de la segunda guerra mundial, era imperante que los países de América hicieran a un lado sus diferencias y se unieran bajo un objetivo común: impulsar el bienestar de los pueblos de la región a partir de la seguridad social.
Para cumplir con este objetivo, los representantes de los gobiernos ahí presentes decidieron fundar nuestra Conferencia Interamericana de Seguridad Social, organismo permanente de cooperación internacional destinado a cumplir con tres funciones primordiales: ser un espacio de diálogo y conciliación entre las naciones; ser un generador de rutas programáticas para solucionar los problemas de cada país y del continente; y ser un capacitador para la ejecución de políticas de bienestar y seguridad social.
Desde entonces, y por mucho tiempo, este organismo cumplió cabalmente con las expectativas puestas en él y fue un lugar donde dialogaron personajes de altísima relevancia nacional e internacional. Aquí, cercano a mi edad, a la edad de la secretaria Alcalde, y a la de varios subsecretarios que hoy nos acompañan, Salvador Allende abogó por una cooperación internacional basada en el respeto a la soberanía nacional y en el esfuerzo solidario de todos los países para abolir la misera y construir un orden social igualitario. Allende logró que esos principios quedaran establecidos en la primera resolución oficial de la Conferencia.
También fue en este organismo donde Juan Domingo y Eva Perón compartieron en más de una ocasión sus reflexiones sobre el bienestar y trazaron la idea de que la lucha por los derechos de los trabajadores y su incorporación a la seguridad social eran, sobre todo, un asunto de dignidad y justicia social para los oprimidos. Y fue aquí, como se puede apreciar en la placa que está afuera de este auditorio, donde Benito Coquet, quien fuera director del IMSS, estableció que las actividades de la Conferencia estaban encaminadas a “renovar y unir las tareas que el continente americano realiza por la conquista de la democracia en la libertad de las personas; en la justicia y en la seguridad social”. La conquista de la democracia en la libertad de las personas, la justicia y la seguridad social.
De igual forma, a lo largo de los años, la Conferencia logró consolidarse como generadora de programas y asistencia técnica para sus países miembros. Aquí se discutieron los asuntos más importantes en la materia, como la creación de instituciones (como fue el caso del IMSS); los sistemas de pensiones, los seguros de invalidez, enfermedad o muerte; y la incorporación a la seguridad social de trabajadores del campo, independientes y domésticos. Pero, sobre todo, desde aquí se logró promover la idea de que la seguridad social no sólo era un instrumento que disminuía los riesgos sociales, sino que, además, era un pilar fundamental, a veces el más importante, para el bienestar de los pueblos.
Puede verse todo eso en las placas y en los muros de nuestra sede, pero también en la Unidad Independencia de la que es parte, síntesis del viejo concepto de bienestar mexicano, del urbanismo social para todos, con su teatro, cine, tiendas, espacios públicos, alguna vez un zoológico y hasta un organismo internacional. Este complejo arquitectónico, una especie de ciudad IMSS de cabo a rabo, fue pensado a partir de concebir a la seguridad social como una gran cadena de servicios que permiten a las personas gozar de tranquilidad, salud, esparcimiento y educación.
Apenas al lograr la sede para México, Adolfo López Mateos, presentó un documento que es conocido como La declaración de México. En él se plasmó esa concepción de seguridad social y se planteó que la CISS debía promover “que cada individuo tenga lo suficiente para sus necesidades en un nivel adecuado a su dignidad, y que cada persona y cada pueblo disfruten de condiciones para vivir sin temor, sin amenazas y sin recelo”. Esta es la misión superior de esta institución: hacer todo lo posible para que los pueblos de América puedan vivir con dignidad y felicidad o, en otras palabras, con bienestar.
Traer la sede de la Conferencia fue un gran triunfo para México y su política exterior, una afirmación de su autonomía para buscar caminos propios para el bienestar, considerando las circunstancias geopolíticas del momento, en particular la guerra fría.
La decadencia
Lamentablemente, con el pasar de los años, esta misión se fue perdiendo y nuestra institución entró en decadencia. En gran medida, como en otras partes del mundo, esto se debió al cambio de paradigma global, las crisis económicas y, sobre todo, al abandono de la idea de que los asuntos comunes, como la seguridad social, tenían que enfrentarse con más Estado que mercado. En el seno de este organismo poco a poco dejó de hablarse de la seguridad social en un sentido amplio y comenzó a hablarse del sentido más estrecho de la protección social, cuando no de seguridad financiera.
Además, objetivamente, la realidad sí cambió y quedaron más claros nuevos desafíos. Quedó claro que la informalidad es estructural y que la formalización progresiva ha sido poco más que una fantasía en los países periféricos y semi periféricos. Quedó claro que debía considerarse las nuevas dinámicas laborales, el creciente envejecimiento y los nuevos riesgos sociales producto de los desastres naturales. Cada día los viejos saberes se percibían más obsoletos para enfrentar los retos emergentes.
La Conferencia nunca pudo encontrar el camino para enfrentar estos nuevos retos, pero, además, en los últimos años, entró en una etapa crítica. De la misma forma que ocurrió con México, la institución se corrompió por completo y no quedó prácticamente nada de lo que alguna vez fue. Por fuera, fue remodelada varias veces y se cuidaron las apariencias; pero por dentro, fue consumida lentamente por una administración más enfocada en el beneficio personal que en el de los pueblos del continente. No se conoce en los últimos años una política relevante que haya salido de aquí.
La CISS dejó de ser un referente para las 37 naciones miembro y para organismos internacionales; dejó de generar rutas programáticas y apenas desarrolló investigaciones para la seguridad social. Abandonó casi por completo la elaboración de productos propios y emprendió el camino de consultorías y convenios que dieron malos resultados. Se colaboró en trabajos con sobrecostos millonarios que eran realizados por gente externa a la institución que, de ninguna forma, contaba con el perfil necesario para la realización de los productos solicitados.
El cinismo era tal que el organismo sólo contaba con un investigador. Repito: había un solo investigador adscrito a la Conferencia Interamericana de Seguridad Social.
Pero lo más preocupante es que, pese a la poca vinculación con los países miembros y la prácticamente nula investigación, había un despilfarro del presupuesto. No existían lineamientos para ejercer los recursos; había vacíos legales que obstaculizaban la transparencia y favorecían a la nula justificación de erogaciones; tenían adquisiciones y contrataciones con sobreprecios de 300%; bonos de productividad por más de 250 mil pesos para los mandos y gratificaciones y compensaciones injustificadas que se otorgaban a la menor oportunidad.
En pocas palabras, las razones históricas de la CISS se diluyeron con el paso de los años en consecuencia del cambio de época y por la falta de profesionalismo, honestidad y transparencia de otras administraciones. Pero, además de todo esto, la decadencia de la institución fue producto de la ignorancia de sus conductores: algunos no tenían idea de dónde estaban parados ni conocían la relevancia histórica de este organismo internacional y de quienes lo han presidido. Sólo así se explica que convirtieran a la CISS en una consultoría de consultorías, en un nicho de negocio, en una agencia de relaciones públicas con farmacéuticas y bancos, y cuando mucho, un bonito set de televisión donde se grabaron series que muchos de ustedes vieron, como la de Luis Miguel. Todas esas cosas ya se han terminado.
La refundación.
Desde que llegué aquí me propuse caminar en sentido contrario. Me propuse que mi gestión tendría los valores desarrollados por Allende, el deseo de justicia para los más desfavorecidos de Perón y la conceptualización de la seguridad social como pilar para el bienestar con la que surgió esta sede en el gobierno de López Mateos. Estoy consciente del cambio de época y de que estos principios deben ajustarse a nuestros tiempos. Pero también estoy convencido de que para conseguirlo no hay que perder de vista la razón histórica de este noble organismo internacional.
Para lograr esta refundación, en estos 100 primeros días emprendí, junto a un gran equipo de colaboradoras y colaboradores, una transformación con tres ejes principales: 1) impulsar actividades intelectuales para ser nuevamente un referente nacional e internacional; 2) reorganizar administrativamente a la institución; y 3) mejorar los canales de comunicación.
El primer eje se caracteriza por recuperar la investigación propia para generar documentos de relevancia académica y desarrollar las asistencias técnicas que necesitan los países miembros; por el resposicionamiento de la Conferencia como centro de debate sobre el bienestar con la generación de foros, actividades académicas y el fortalecimiento de la vinculación entre la Secretaría General, la membresía y diversos organismos internacionales.
Para cumplir con lo primero, mediante la Coordinación General, empezamos a ampliar el número de investigadores: actualmente contamos con seis personas dedicadas a la investigación de la seguridad social, antropología de la salud; demografía, sociología, etc.; tres personas dedicadas al acompañamiento y asistencia técnica; una persona enfocada a la programación y análisis de bases de datos y una más para la edición y corrección de estilo para los materiales publicables.
Como resultado de este esfuerzo, iniciamos la publicación de la Gaceta Interamericana para el Bienestar y realizamos los trámites necesarios para nuevas publicaciones como la Revista Bienestary dos series de cuadernos: Políticas para el Bienestar —que son recomendaciones de política—, y Teoría, Historia y Bienestar. Esta última ya cuenta con su primera publicación, “La fundación de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (1942), que ya les ha sido entregada, y hay otras dos en proceso de edición.
Además, el próximo 26 de abril presentaremos el primer número de la serie de Políticas de Bienestar, titulado “Personas trabajadoras del Hogar”, en el marco de la celebración del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible 2019, organizado por la CEPAL, en Santiago de Chile. Hemos, además, comprometido una asistencia técnica con el IMSS en esa materia. Con ello, en estos primeros 100 días ya hemos generado más publicaciones propias, no vinculadas a consultoría, que en los últimos tres años.
Por otra parte, para mejorar las asistencias técnicas elaboramos el Modelo CISS de Asistencia Técnica y Acompañamiento, que contiene diez principios y cuatro enfoques transversales que servirán de guía para su realización. Además, creamos la Red Interamericana de Bienestar, con la que buscamos construir una comunidad internacional de expertos en seguridad social y bienestar, para compartir conocimiento y fortalecer las capacidades para brindar asistencia técnica. A la fecha se han inscrito 100 personas de 12 países, de los cuales 90% cuentan con estudios de posgrado, el 59% son profesores y profesoras reconocidos de centros de investigación y universidades en el mundo.
Mediante la Secretaría Técnica hemos mejorado la vinculación con la membresía mediante el acercamiento directo y con su incorporación a distintas actividades de la institución, comenzando por la invitación para formar parte de la Gaceta, mediante la presentación de artículos, entrevistas y la difusión de actividades de las instituciones miembro.
De igual forma, hemos fortalecido la relación con otros organismos internacionales. Participamos en el Foro Global Vision Zero, organizado la por Asociación Internacional de Seguridad Social (AISS) y fuimos incorporados como miembros fundadores de su alianza global. También, firmamos un Memorándum de entendimiento con la ISSA en estas instalaciones, comenzamos con las gestiones para firmar un convenio de colaboración con la CEPAL que firmaré con la secretaria Bárcena en las próximas semanas y revisamos otros dos con el INEGI y el Coneval. Además, participamos en el foro, “El futuro de las pensiones”, en Casa de México en España, Madrid y nos hemos reunido con actores relevantes del Departamento de Protección Social de la OIT, con la Directora General de la Casa de México en España, la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) y con la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
Por otro lado, inauguramos el Seminario Permanente de Bienestar en las Américas que será un espacio dedicado al intercambio, la discusión y el análisis riguroso de los principales temas sobre el bienestar en el continente americano. La primera sesión se realizó el 3 de abril de 2019, con la presentación de un marco conceptual sobre seguridad social elaborado por el equipo de investigación, que pretende ser la base de los trabajos de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social. Contamos con la retroalimentación de destacados estudiosos de la UNAM, el Colmex, la CEPAL, el Centro Espinoza Yglesias, la Iberoamericana, entre otros.
El segundo eje se concentró en dos acciones concretas: la primera en detectar cada una de las irregularidades que ya mencioné anteriormente; y la segunda, en hacer toda una reingeniería institucional para sanear las finanzas de la institución, reducir el gasto y acabar con los excesos de una gestión que operaba como un gran elefante blanco.
Para lograr esto, realizamos lo siguiente a través de la Coordinación financiera y administrativa:
- Una auditoria externa para examinar el ejercicio del gasto de 2018. Está en curso
- Un nuevo esquema de transparencia y rendición de cuentas basada en la expedición bimestral de un informe de gastos detallado.
- Un plan de financiamiento sostenible con inversiones bursátiles sin riesgo.
- Reducción de gastos en nómina de un 37%, por medio de la optimización salarial como lo fue la reducción a una tercera parte del sueldo del Secretario General y el recorte de sueldos en cargos de mayor jerarquía. Lo anterior permitió incrementar el número de trabajadores en activo para actividades sustantivas, sin precarizar los salarios de la base trabajadora, que en algunos casos colaboraban en el esquema de servicios de honorarios u outsourcing sin plenos derechos laborales.
- Nuevos lineamientos para el control de gasto limitando el uso de tarjetas corporativas. De ellos se ha logrado disminuir un 60%, al prohibirse su uso para gastos y adquisiciones personales no vinculados con la institución como pagos de netflix, tintorerias, itunes.
- Desaparición de pagos de servicios médicos mayores, prestamos irregulares, consumo de cafetería para reuniones internas y uso exclusivo de nuestro hotel como vivienda diaria. Extinción total de aviadores.
- Ahorro en servicios generales y recursos materiales de la Conferencia. Regularizamos contratos de servicio, generamos un ahorro del 30% en papelería, 14% en servicios de limpieza, 11% en vigilancia, 11 % en alimentos, 40% en impresión y el 70% en uso de celulares. Además, redujimos el gasto de adquisiciones en un 20%, y un 78% del gasto de organizaciones de actividades institucionales.
- Se revisaron los convenios y todos los contratos de prestación de servicios profesionales y se eliminaron aquellos que presentaban anomalías y, en algunos casos, se pidió el consecuente reembolso a la Conferencia.
- Todo lo anterior nos ha permitido generar una ahorro total neto del 47% en comparación con el primer trimestre del año pasado a cargo de la gestión anterior.
No se quedaron sólo en acciones para la autoridad moral, como la reducción de las percepciones mensuales del Secretario General, las mías, de 320 mil a menos de cien mil pesos, sino de un cambio institucional. Se acabaron los gastos personales cargados a la cuenta del organismo, las comitivas que viajaban a todo lujo y duplicaban viáticos, los gastos no comprobados por cientos de miles de pesos. Y, a partir de septiembre, de la Asamblea General de este organizmo, se acabarán los privilegios con una reforma estatutaria. Se cancelará la posibilidad de salarios de 12 o 14 mil dólares y los privilegios personales injustificados. Y si la Asamblea Interamericana no comulgase con los valores de esta gestión y de esta propuesta, que es también la propuesta de Germán Martínez y del IMSS, México tendría que valorar su permanencia en el organismo.
Por último, en el tercer eje, hemos priorizado el fortalecimiento del área de comunicación como mecanismo de acercamiento a la membresía, los organismos internacionales y la ciudadanía en general. Para ello, hemos creado una nueva página web institucional accesible y amable para quien la visita, para que se pueda conocer las principales acciones de la Conferencia. Además, hemos generado micro sitios web para proyectos para diversas actividades como la Red Interamericana de Bienestar y la Gaceta Interamericana; y hemos aumentado rápidamente los seguidores en nuestras redes sociales, logrando un crecimiento de más del 350% en estos 100 días.
Por otra parte, hemos reposicionado a la CISS en los medios de comunicación, manteniendo un flujo de información permanente y con una apertura cordial al debate. Esto ha permitido que nuestra institución aparezca en múltiples publicaciones nacionales e internacionales; así como en entrevistas especializadas, sin la necesidad de gastar en agencias de relaciones públicas intermediaras como las que eran contratadas por la gestión anterior.
Como se puede ver, hemos trabajado arduamente para estar a la altura de nuestra institución y de los retos sobre el bienestar que enfrentan los países del continente. Sin duda alguna, hemos logrado muchas cosas y enmendado muchos de los errores de la gestión anterior. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, así que no podemos relajarnos y creer que ya cumplimos con el objetivo.
Esto es sólo el inicio de un proyecto que aspira a lo más alto. Que pretende dejar huella en la historia de esta institución e incidir de manera determinante en la mejora de la vida de las personas. Es sólo el aviso de que no nos conformamos y de que queremos mucho más. Aspiro, junto a este equipo, a trascender incluso más allá de nosotros mismos: quiero que construyamos una teoría del bienestar pensable para el siglo XXI, que entreguemos también una generación de artesanos de políticas que sepan también caminar, que sepan ir al pueblo y escucharlo, que con ello repliquen la mística de Allende, la mística de Perón y la mística de Andrés Manuel López Obrador; queremos que se supere las concepciones actuales, que se rompa con las limitantes contemporáneas y que se ayude a subsanar las desigualdades sociales y a construir un mundo mucho más igualitario.
Aquí no somos académicos indolentes. Nosotras sabemos que la persona no debe ser esclava de la economía, como piensan las oligarquías plutocráticas conservadoras. Nosotras sabemos que es la economía la que debe estar al servicio de las personas y del mayor bienestar posible para ellas. No tengan dudas de que de aquí saldrán propuestas rigurosas en su ciencia social, pero también en su compromismo con la gente. Vamos a proponer en materia de pensiones, de política social, de agenda 2030, de protocolo de desastres, y del panorama del bienestar en las Américas. Acérquense. Contrátennos en lugar de contratar a consultoras con fines de lucro. Únanse a la discusión. Den vida a este organismo y ayúdenlo a recuperar su grandeza y su utilidad.
Estamos aquí, conscientes de nuestra posición, de nuestros valores y del proyecto al que nos debemos; de la valía de esta institución y de la misión que dirigimos: repensar las políticas para el bienestar de los pueblos de América.
Muchas gracias a mi equipo y muchas gracias a todos