Uno de los integrantes más jóvenes del equipo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue nombrado secretario general de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), institución a la que quiere “revivir” porque su misión es confeccionar políticas públicas de seguridad social.
Gibrán Ramírez, uno de los integrantes más jóvenes del equipo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, fue nombrado secretario general de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), institución a la que quiere “revivir” porque, admite, ha sido olvidada a pesar de que su misión es confeccionar políticas públicas de seguridad social.
Para Ramírez, la CISS es un gran ‘think tank’ para tener a los mejores investigadores del continente americano y plantear soluciones al problema de las pensiones, del empleo precario, de los nuevos mercados de trabajo o de la seguridad social para el sector de la economía; sin embargo, consideró, todo ese potencial no se ha visto reflejado.
“Esta conferencia debió estar pensando en eso, debió hacer propuestas de política pública, había presupuesto para ello pero no lo hizo. La única ventaja de que ‘huevonearan’ tanto es esta, que está todo por hacerse y nosotros lo vamos a hacer bien”, aseguró en entrevista con El Financiero.
Actualmente la CISS no es un organismo prestigioso, lo que atribuye a lagestión que hicieron anteriores secretarios generales con la institución, por ello, una de las primeras acciones que realizó al llegar al cargo fue “limpiar la casa” y halló un desfalco preliminar de 10 millones de pesos.
“Vamos a hacer una auditoría para documentarlo, puede servir como un ejemplo típico de cómo se abusaba de las instituciones. No es la gran corrupción de los miles de millones de dólares porque la Conferencia tiene 100 millones de pesos de presupuesto anual, pero ahí en esos 100 millones se dieron el margen para abusar los del viejo régimen”, expuso.
“Había gente famosa, como el exembajador Enrique Berruga que ganaba 151 mil pesos al mes y ningún trabajador lo recuerda por aquí. Se duplicaban los viáticos, había aviadores, tenemos gastos inverosímiles como gente que pagaba con las tarjetas de crédito corporativas de la CISS gastos personales como Netflix, su Sky, su celular, su cuenta de iTunes”, ejemplificó.
La CISS tiene un presupuesto de alrededor de 100 millones de pesos anuales, de los cuales 50 por ciento lo aporta el IMSS y el otro 50 por ciento lo dan los 37 países miembros de la Conferencia.
Ramírez subrayó que el exsecretario general de la CISS, Omar de la Torre, se asignó un sueldo de 320 mil pesos al mes “porque no había obligación de rendir cuentas”, pero prometió que habrá nuevos lineamientos y como parte de las nuevas medidas de austeridad su sueldo será de 92 mil pesos mensuales.
Parte de las medidas de combate a la corrupción están ligadas con darle reputación a la CISS, pues en la administración pasada incluso se “rentaron” las instalaciones de la conferencia para grabar escenas de la serie de Netflix de Luis Miguel o comerciales, reveló.
El directivo consideró que la CISS, ubicada al sur de Ciudad de México, cuenta con la infraestructura necesaria para hacer más propuestas, incluso, el salón de sesiones donde los países miembros realizan sus asambleas es similar al de la Cepal.
“Aquí el problema es que si dices Cepal todo mundo sabe de qué hablas pero si dices CISS pues no”, reconoció.
El licenciado por la UNAM y maestro por el Colegio de México se comprometió a dar un balance de resultados a los 100 días de su gestión y en septiembre habrá un informe que se rendirá a la asamblea de la CISS.
“El primer corte de actividades lo tendremos a los 100 días de gestión, que es la segunda semana de abril. Ya estamos avanzado con una propuesta de trabajadoras del hogar y vamos a hacer coloquio internacional, también hay un programa de informes que se tienen que dar los primeros meses de 2020, el más ambicioso es sobre seguridad social y bienestar en las Américas”, adelantó.
Pleito con Dresser
En diciembre pasado, Ramírez y la politóloga Denise Dresser protagonizaron una discusión durante un programa televisivo porque la escritora puso como argumento para debatir sobre división de poderes la edad del hoy secretario general de la CISS; “ponte a leer”, dijo Dresser.
-¿Ya hicieron las pases?, ¿ya se tomaron un cafecito?, se le preguntó .
-No, no nos hemos tomado un cafecito y no nos lo vamos a tomar. Personalmente no hay química.
Sobre si considera que, más allá de Denise Dresser, será un problema desarrollarse en el sector público porque puede haber más personas que lo “joveneen” al considerar que no tendrá la capacidad para ocupar cargos públicos por la edad, respondió:
“Estoy acostumbradísimo, no me asusta. Yo con mi título en mano, con mi medalla Gabino Barreda, con mis méritos universitarios fui a pedir trabajo a Unitec y no me dieron trabajo por la edad, tenía 22 años. A veces creían que yo era el ayudante de profesor de universidad y todavía hay quien lo cree”, dijo Gibrán Ramírez.
“Ahora que fui a la Cámara de Diputados a la plenaria de Morena, iba acompañando a Germán Martínez, se sentó al lado de mi un alto funcionario de la Cámara y me dijo: oiga, ¿sabe si va a venir el maestro Gibrán?, es que me han hablado mucho de él…”, finalizó el secretario general de la CISS.