La de Gibrán Ramírez Reyes (Ciudad de México, 1989) parece la voz de un vigía que trata de advertir a sus compañeros de barco de la inminente tormenta, sin que los capitanes le presten atención. Su advertencia es clara: si la militancia de MORENA no se rebela y le exige a los liderazgos que corrijan el rumbo, el 2021, la mayoría en el Congreso e incluso el revocatorio contra Andrés Manuel López Obrador, en 2022, están en riesgo de complicarse.
“Mientras MORENA siga su limbo, no tenemos expectativas de tener un aparato confiable para enfrentar los retos de una oposición organizada en 2021 y en 2022 en el revocatorio. Ellos tienen la ruta muy bien hecha y entre tanto MORENA está en un limbo jurídico”, deplora.
El politólogo del lopezobradorismo, una de las pocas voces jóvenes emanadas del movimiento, insiste: la dirigencia de Alfonso Ramírez Cuellar va a la deriva. Y con su desorden interno, falta de rigor ideológico, incapacidad política, pragmatismo y pugnas intestinas la actual cúpula de MORENA está poniendo en peligro el proyecto mismo de Andrés Manuel López Obrador.
“La falta del partido es muy significativa”, lamenta Ramírez Reyes, doctor en Ciencia Política por la UNAM. “Es más significativa de lo que piensa el presidente, que ha preferido no meterse y que se resuelva por su propio lado, pero creo que sin eso no se va avanzar en el proceso político que el presidente quiere a nivel local”.
Y así, sin un rumbo claro, MORENA navega con el 2021 en el horizonte ya no tan distante. “La verdad que de repente esto toma tintes hasta cómicos”, lamenta Ramírez.
-¿Se puede gobernar sin partido?
Sí, el presidente ha demostrado que se puede. Tiene, desde luego, sus complicaciones: sobre todo, ¿cómo se va a hacer la 4T, que es lo que quiere el presidente, sin gobernadores? Si no se resuelve el tema del partido, va a quedar coja la 4T sin lugar a duda en muchos sitios. En el partido, sólo el presidente puede hacerse cargo del gobierno federal, pero, mientras tanto, los gobernadores pueden seguir en lo suyo como quieran y los presidentes municipales también. No importa que lleguen bajo la marca de MORENA si no va a haber nada que tengan en común que una su programa.
-Hay ejemplos de gobernadores y presidentes municipales impresentables que llegaron con las siglas de MORENA. ¿Ante la mala gestión local, no se corre el riesgo de que se erosione el capital político del presidente?
Sin duda. Desde luego que le va a costar a MORENA y a diferencia de MORENA la oposición sí está articulada, está intentando hacer frentes. Por lo menos hay dos: el de los gobernadores de Acción Nacional y el grupo que se conjunta alrededor de (Enrique) Alfaro. Entonces, mientras sí hay oposición organizándose, no hay partido en el poder organizándose. No hay y eso es lo que me parece más grave, que no solamente le va a costar la gestión de los gobernadores, sino que la gestión del propio partido le va a costar (al presidente). Mientras MORENA siga en su limbo, no tenemos expectativas de tener un aparato confiable para enfrentar los retos de una oposición organizada.
-Y mientras la oposición se organiza, MORENA se pelea.
Hay tanta grilla burocrática que no hay realmente un aparato electoral; no hay una discusión programática, no hay ninguna discusión sustancial sobre qué se va a hacer con los legisladores, regidores, presidentes municipales y gobernadores. El aparato de la 4T está en crisis y si no se resuelve ahora de aquí a septiembre, si no hay una encuesta como lo sugirió el presidente López Obrador, MORENA va a ir muy debilitado a las elecciones intermedias. Creo que, si no se arregla ahora, los que estamos a favor del presidente López Obrador vamos a estar en orfandad política y pueden cambiar las correlaciones de fuerzas.
-Estás planteando un compás de aproximadamente 60 días en los que se tiene que resolver esta situación. ¿Se arriesgan a un desastre?
No sé si a un desastre, pero sí a complicaciones, a turbulencias y sí desde luego a perder la mayoría.
– “Toda la política es local”, reza el dicho. En la elección de 2021 ¿existe posibilidad que por la deficiente gestión local en distintos ámbitos como en lo municipal y lo estatal se transfiera el costo a lo federal y MORENA pueda perder distritos federales?
No sé si tanto de la gestión, pero sí de la selección de candidatos. Si se eligen mal los candidatos, si sigue el partido en una lógica burocrática y sectaria, como parece hasta ahora, pues la reglas para elegir candidatos no van a ser claras y si se eligen mal los candidatos a gobernador, desde luego que ahí nos va a ir mal en lo federal.
-¿Cómo entender a MORENA hoy?
MORENA nunca se institucionalizó como partido. Digamos que MORENA es ahora un conjunto de burocracias vacías que quedaron como producto del comité de campaña de López Obrador. No hay institución partidista, no hay reglas claras, no hay discusión programática e ideológica.
¿Se desprende una posible candidatura de tu parte por la dirigencia de Morena?
No es lo que me interesa, la verdad. Lo que me interesa es que se arregle y creo que la militancia tenga el sentido de urgencia, porque parece que los estamos dejando decidir. Yo soy militante del partido, con total libertad. Pero sobre el capital político que otorgaron 30 millones de votantes deciden unas cuantas personas, poquitas, que caben en un cuarto de hotel.
-Planteas una ventana de 60 días para que MORENA ponga la casa en orden, pero queda la impresión de que es una ventana más pequeña.
No lo sé, pero en el mandato de Alfonso Ramírez Cuellar terminaría en junio y a principios de julio se tendría que definir qué es lo que se va a hacer. Alfonso apostará por convocar al Consejo Nacional, seguramente para prolongar su mandato, y seguramente Yeidckol (Polevnsky) apostará por reasumir la secretaría general. Parece que en estos momentos nadie aboga ya más por hacerle caso al presidente y hacer una encuesta, que es además el mandato el Tribunal (Electoral del Poder Judicial de la Federación). Estamos ante un partido que no atiende las sugerencias de su líder moral ni los mandatos del tribunal. Un partido que está haciendo ciencia para ver cómo no cumple con esas dos cosas. La verdad que de repente esto toma tintes hasta cómicos.
Da la impresión de que el presidente está solo, aunque esté acompañado, en esta inmensidad de 30 millones de votos con la que ganó en 2018. Pareciera que en el ejercicio del poder está solo.
Así es. Veo lo mismo y con preocupación y por eso creo que tiene que haber diferentes esfuerzos organizativos, no sólo dentro del partido sino fuera también, para encauzar toda esa fuerza social, porque parece que hay un dique burocrático entre esa ese apoyo masivo el presidente y el presidente mismo.
Nota tomada de Milenio