Miguel Ramos Arizpe era un parlamentario de esos que ya no hay. No necesariamente por culto y por letrado, aunque también lo era. Ramos Arizpe fue un conocedor profundo de las leyes, un político hábil y sobre todo un hombre con carácter
Las contribuciones de Ramos Arizpe son múltiples y variadas y no voy a insistir de más en ellas: en el ayuntamiento democrático, en la educación pública, en la disolución de las categorías raciales o en una independencia pactada y amistosa y en el diseño del Pacto Federal que se ha reproducido hasta nuestros días.
Todo mundo destaca el federalismo —que, por cierto, viene retrocediendo desde el gobierno de Felipe Calderón hasta el día de hoy— pero las batallas más importantes fueron también contra el militarismo. En uno de sus discursos de 1811, en Cádiz, pidió que los efectos del artículo 30 de la Constitución naciente se aplicaran a nuestra América. Esos artículos implicaban la separación tajante del poder político y el poder militar.
Hoy el militarismo avanza ante el silencio y la cobardía de un enorme sector del poder político en el que se inscribe la mayoría de esta Cámara. Recientemente, La Jornada documentó en una entrevista con el subjefe de doctrina militar que la Sedena redacta una nueva versión de la Ley de Seguridad Interior, una ley que, si los jefes del oficialismo lo permiten, muchos de ustedes van a votar sin conocer, apoderando más al ejército mexicano. Repito: los ideólogos del ejército los están suplantando en su labor de legislar y se los dicen abiertamente desde La Jornada.
Les pido que las efemérides sean realmente motivo de reflexión. Que los valores de Ramos Arizpe se apoderen de su acción política y sean leales a los ideales y personajes que dicen defender o quienes presumen como parte de su brújula moral y su brújula política. Les pido que tengamos un parlamento abierto y un debate verdadero. Que nadie suplante la representación popular ni los votos que nos trajeron aquí.
Viva Miguel Ramos Arizpe. Viva la separación del poder político y el poder militar. Que vivan los liberales que forjaron patria.