El registro del que ahora malvive el PRD es el del viejo Partido Comunista, el mismo que se logró con la apertura de 1977, una conquista que permitió que la búsqueda del proyecto histórico en pos del “Poder Obrero Democrático”, el socialismo en libertad y la revolución democrática impulsados por un grupo comandado por Arnoldo Martínez Verdugo, se dirimiera también en las urnas. Es un registro que costó sangre, que avanzó con trabajos y que fue después del uso del Partido Socialista Unificado de México y del Partido Mexicano Socialista, para terminar el proceso de unidad en el PRD, cuyos principios recogieron ese proyecto histórico de manera mucho más tenue. Será ahora el registro que usurpe Futuro 21, una banda de traficantes de poder sin proyecto ni horizonte.
Queda el consuelo de que es solo un registro, una concha tripulada por parásitos que hace mucho no tiene vida. La fuente de la metáfora puede encontrarla cualquiera en internet: hay ciertos parásitos, leucochloridium se llaman, que los caracoles ingieren, con el resultado de que los consumen lentamente, hasta que pierden control de sí mismos, se convierten en zombis sin cerebro que se mueven y llaman la atención, para ver si le resultan atractivos a alguien, para ingerirlos, y que sigan su ciclo y se reproduzcan. (Puede verse aquí https://verne.elpais.com/verne/2019/08/14/mexico/1565810359_630389.html). Es lo que pasó con el proyecto histórico de la izquierda mexicana en el PRD. El talamantismo y otras corrientes oportunistas pagadas por el PRI para simular ser oposición, representado por los hermanos Ortega y Carlos Navarrete, aprendió muy pronto que era un buen negocio ganar perdiendo. Ganaban plurinominales, dinero, puestos burocráticos, un lugar en la mesa. Así, Jesús Ortega operó con ayuda de Felipe Calderón un fraude contra Alejandro Encinas en 2008 para conseguir la presidencia del partido. Así, gestionaron el Pacto por México, traicionando a todo el electorado que había votado por AMLO y no por las burocracias partidistas.
¿Qué es Futuro21? Falsa izquierda de representación proporcional. La abyección de Los Chuchos combinada con el racismo de Quadri —el que dijo que Guerrero, Oaxaca y Chiapas son una carga que impide el desarrollo—, aderezada con la falsa autoridad moral de José Narro —el priista que dejó florecer el porrismo en sus gestiones como secretario general de la UNAM—, salpimentada con las reivindicaciones protofascistas de Beatriz Pagés o el proceder cuestionable de Jesús Zambrano, acusado por más de uno de vender la candidatura a la alcaldía de Iguala a José Luis Abarca; es un hatajo de políticos en desgracia, resentidos y derrotados que no tienen una sola idea fuerza, un proyecto político positivo, que aspiran a ser oposición a todo lo que el gobierno de Morena impulse y conservar un registro que les permita mantener su costumbre de vivir de la política y no para la política. Permítanme la cursilería de resumir parafraseando a Aute: son reptiles al acecho de la presa, negociando en cada mesa ideologías de ocasión; son mensajeros de la más parásita ambición; son mercaderes, traficantes, que más que náusea dan tristeza y que no rozaron ni un instante la belleza de ideal alguno.