Por: Daniel Iglesias
TIJUANA.- Los jóvenes deben dejar de lado un rol secundario en la política pública para lograr cambiar el rumbo del país y crear condiciones favorables para el desarrollo de este grupo demográfico consideró el secretario general de la Confederación Interamericana de Seguridad Social Gibrán Ramírez.
“Los jóvenes tenemos que tomar, los espacios de decisiones en nuestras manos para aportar la visión de los agravios que tenemos y que nadie ha escuchado, aunque este gobierno ha empezado a escuchar, por ejemplo el problema del empleo, de la desafiliación de la escuela, el hecho de que se les llame ninis a los que se le han despojados de las oportunidades tanto de estudiar cuanto de trabajar, el problema de que nosotros no tenemos ni estabilidad ni certeza laboral a diferencia de lo que tuvieron nuestros padres en su mayoría, a que no vamos a ser acreedores a una pensión ni un crédito de vivienda digna, no ha sido así en los últimos años”, detalló.
Parte de estos retos, señaló Ramírez, es cambiar el discurso falso de meritocracia, en el cual uno puede avanzar su clase social a base de trabajo cuando la realidad apunta a otra dirección.
“Son todas esas cosas que se tienen que poner sobre la mesa, que tendrían que estar en el primer lugar de las prioridades de las políticas públicas, pero que no van a estarlo hasta que no sea nuestra generación la tome esos espacios, hasta que no desnormalicemos el discurso neoliberal que dice que quien tiene es por su mérito nada más, cuando no es cierto, en este país si naces pobre lo más probable es que mueras pobre porque es una limitación estructural”, precisó.
Por último, estas demandas deben ser atendidas de manera prioritaria ya que los jóvenes constituyen la mayoría de la población actual, sin embargo, sus necesidades no son atendidas como la de otros grupos demográficos reiteró Ramírez.
“La otra opción, la que tiene que ser creo yo, es la rebelión generacional, organizarnos no como jóvenes sino como la población mayoritaria en este país. En este momento la mayoría de la población de México es joven, tenemos un país con un promedio de edad de 27 años, bueno pues hay que organizarnos no para representar los reclamos de los jóvenes, ni para hacer parlamentos juveniles, ni para ir a jugar a la política o concursos de oratoria. No, para poner los agravios, las demandas específicas de ese rango poblacional como las primeras en el orden de prioridad para la política”, concluyó.