En el gran consenso pluralista neoliberal, la polémica frontal desapareció a tal punto que algunos articulistas tuvieron que salir de diarios por atacar a compañeros de páginas. En comparación al periodo previo, hubo un exceso de buenos modales. Y la cortesía, aunque no se crea, puede tener su lado malo, que es exactamente lo que pasa cuando a las tonterías se les deja de señalar y se deja de nombrar a las mentiras —ni hablar de las imprecisiones. Eso degradó nuestra conversación: la volvió un páramo. Es patente en los libros “El naufragio de México” y “Desafíos a la libertad en el siglo XXI”, que, aunque junten a buena parte de nuestros intelectuales famosos, tienen poco que valga la pena, pero también otras cosas francamente alarmantes por estultas o mentirosas. Y a diferencia de antaño, cuando Octavio Paz ponía orden conceptual entre los suyos, ahora nadie dice nada. Todo es coser (malas explicaciones) y cantar (mentiras) impunemente.
Tomo el peor ejemplo de ambos libros. Según Federico Reyes-Heroles González-Garza (diré Federico RG) en El naufragio, “la lucha contra las fake news es un reto mayor, pues las falsedades cortas dichas con insistencia y desfachatez por un demagogo se convierten en verdades…”. Y convoca: “verifiquen las fuentes, regresen a los medios de comunicación que acreditan seriedad, confíen solo en investigaciones profundas”. Todo eso tiene sentido. Comulgo con ello y creo que aplica para todos.
Pero recomiendo a Federico RG que lea su ensayo, en ese punto sobre todo, y se haga caso, porque luego pasa a contradecirse en los hechos en ambos libros. A decir, por ejemplo, que en la política social “Los cheques llegarán a nombre de Morena” (lo que, aunque falso, podría ser una rara licencia poética), o que se cambió el lema “Sufragio efectivo, no reelección” por “Sufragio efectivo, voto libre de los mexicanos” sin indicar en qué documentos oficiales, lo que pudo ser un mal sueño o un mal entendido. Pero vienen después las mentiras: la esposa del Presidente, dice, es presidenta del AGN. “El Archivo General de la Nación, donde se guarda la memoria histórica de nuestro país (…) ahora tiene una presidenta, por encima del Consejo, que es la esposa del Presidente. Esto me preocupa enormemente” (p. 124 de Desafíos). Si hay ganas de mentir recomendaría que no fuera con datos verificables por cualquiera con Google, como que el AGN lo dirige Carlos Enrique Ruiz Abreu desde 2018.
Hay más. El delirio llega cuando Federico RG nos explica que Morena ganó por una meticulosa operación de redes sociales ejecutada por cuatro años y medio que manipuló a todo el país. “Cinco años de trabajo llevaron a un triunfo y el individuo que organizó este asunto se da el lujo de dar una entrevista en la cual dice: yo ya nada más impongo otro presidente y ya me retiro”. Se refiere a una entrevista de Ryan Broderick en Buzzfeed a Carlos Merlo, titular de una compañía que hace bots y que según Federico RG puso a López Obrador en la Presidencia (se imaginó que Merlo trabajaba para Morena y que hizo presidente a López Obrador, se ve en el 9:13 de este video).